INJERTOS DE ENCÍAS

El tejido blando usado para realizar el injerto de encías está compuesto de mucosa queratinizada. Es por ello, que el tejido blando se extrae del paladar o del tubérculo maxilar superior, ya que son las zonas de la boca que presentan mucosa queratinizada.

En primer lugar, es fundamental elaborar un estudio exhaustivo de la zona afectada y establecer un diagnóstico adecuado para así después determinar cuál es el tratamiento que mejor se adapta a la situación del paciente. Una vez finalizado el estudio se realizará la extracción del tejido blando y se procederá a colocarlo en la zona dañada.
La técnica que se utiliza para realizar un injerto de encía es la microcirugía para obtener el tejido necesario y para su posterior colocación en la zona afectada. Durante este procedimiento nos ayudamos de una técnica que consiste en amplificar la imagen y así mejorar la precisión de la microcirugía.

Al ser una técnica que se realiza a través de anestesia local el paciente podrá regresar a casa el mismo día. Durante la semana siguiente a la cirugía se deberán seguir ciertas recomendaciones postoperatorias. Algunas indicaciones a seguir son:

• Para conseguir reducir la inflamación en la zona el paciente deberá tomar algún antiinflamatorio o aplicar hielo en la zona afectada.
• El paciente deberá evitar completamente el hábito de fumar.
• Mantener una higiene bucal adecuada.
• Tras cepillarse los dientes, el paciente deberá enjuagarse con un colutorio de clorhexidina durante las primeras semanas.
• Durante los primeros días el paciente deberá realizar dieta blanda y fría. Poco a poco, durante las primeras semanas ir introduciendo alimentos que precisen masticar progresivamente.
• Evitar golpes y esfuerzos en la zona afectada.